Primero cada alma seleccionó minuciosamente las experiencias que deseaba vivir en esta encarnación. Algunos eligieron aprender a través del desapego, otros de la soledad. Los más decidieron aprender de la relación de pareja. Algunos se atrevieron a experimentar la riqueza material… y así… como si eligieran las materias para matricularse en la Universidad, todos decidieron sus misiones. Y hubo una gran reunión de entre ellas para pactar como se interrelacionarían estas almas… Como cuando se reparten los roles en una obra teatral, cada cual recibió su papel el la obra de su vida… y Nacieron…
Algunas de estas almas se encontraron desde su nacimiento y son hermanos. Otros les tocó ser compañeros del cole para llegar a ser amigos en la adultez… otros no se encontraron hasta cuando mayores, pactaron conocerse en una fiesta y enamorarse… Y hubo quienes tendrían roles mínimos en la vida del otro. Serían el médico que lo revisó cuando estuvo internado por apendicitis… otros sería quien le rompería la nariz en la disco porque le robaría la novia… o el taxista que lo llevaría al aeropuerto aquel día en que le avisaron que su madre se moría…
Nada, absolutamente nada es casual en la vida de ninguno. Hay libre albedrío. Nos hemos repartido los papeles, pero no hay guion. Cada uno crea sus propios diálogos y acciones… y asume la responsabilidad.
Así que ponte a pensar ¿Por qué tienes a ese jefe tan exigente y perfeccionista? Será que acordaron que él sacaría lo mejor de ti y te puliría cual diamante? O será que tienes que aprender la tolerancia? Y si lo que debes hacer es renunciar? Difícil saber lo que viniste a vivenciar con cada persona… pero el alma lo sabe… y el alma solo sabe comunicarnos mensajes que llamamos intuición.
Y por qué no logras tener una pareja fiel?
Comprendes ahora que esa persona que está allí como un Pepito Grillo es porque quizás tú se lo pediste, le rogaste que fuera la voz de tu conciencia… y tú misma le suplicaste: No importa que te odie, pero no me dejes realizar algunas acciones que me dejarán pegada a esta encarnación…
Y entiendes porque te bastó con ver a esa persona para que sintieras retorcijones en la panza… tu alma te estaba avisando todo el dolor que te causaría…
No recordamos. No sabemos que nos une a todo el elenco que nos ayuda a representar la obra de nuestras vidas, pero hay en acuerdo tácito entre todos de permanecer juntos para ayudarse mutuamente a crecer… evolucionar…
Entre todos formamos un verdadero equipo sanador porque nos ocupamos tanto de nuestro propio desarrollo como del de los demás. Pero también podemos cerrar abruptamente la relación con algunos por problemas meramente terrenales. Ya lo dije: Tenemos libre albedrío.
Todo este camino iniciado en nuestra primera encarnación hace millones de siglos atrás tiene como objetivo la iluminación… Cada encarnación agregamos gotas de luz a nuestra conciencia y así evolucionamos. Avanzamos despacio en términos terrenales, pero vamos a la velocidad de la luz en términos estelares…
Así que no podemos mirar ninguna relación y juzgarla de triunfo o fracaso… Estamos aprendiendo, y el solo hecho de poder interactuar con otros, de conocerle, descubrir sus diferencias… llegar hasta lo profundo de su alma vuelve cualquier relación un éxito…
Así que no te enrosques con ese jefe maltratador, con esa pareja infiel, con esa amiga envidiosa, con ese profe abusivo, con la vecina quejosa, el almacenero gruñón, ese pretendiente meloso, esa hija rebelde… Solo mírales directamente al alma y diles: “Gracias por respetar el trato”.