Desde el principio de los tiempos el hombre se ha sentido fascinado por los sueños y ha intentado encontrarles un significado.
De una forma u otra, la interpretación de los sueños ha estado presente a lo largo de la historia, desde los pueblos primitivos hasta la actualidad pasando por el psicoanálisis de Sigmund Freud.
Significado de los sueños
Muchas veces nos pasamos el día entero dándole vueltas a un sueño que hemos tenido mientras dormíamos.
Soñamos con nuestra pareja, con el amor, con la familia, con el trabajo y hasta con la muerte.
Podemos soñar con cualquier cosa y si a veces el sueño parece tan real es porque nuestro inconsciente intenta decirnos algo.
Y aunque hay algunos aspectos universales en el significado de cada sueño, interpretaciones que son válidas en todos los momentos y culturas, hay que tener en cuenta que su significado depende mucho de cada persona, de cada contexto y del momento vital en el que nos encontremos.
Muchas noches, quienes entran en nuestros sueños son nuestras preocupaciones diarias y nuestros anhelos más personales.
Hay algunos motivos más recurrentes que otros en nuestros sueños.
Así, es muy común soñar con animales, con el agua o con un bosque.
Como también es frecuente soñar con nuestros seres queridos o con compañeros de trabajo.
Y aparte tenemos las pesadillas o esos sueños angustiosos en los que nos domina el miedo.
Todos ellos, sueños y pesadillas, tienen su significado y debemos estar atentas porque contienen mucha información de nuestra propia personalidad.
Interpretación de los sueños
Pero el universo onírico y la interpretación de los sueños no dejan de ser un terreno resbaladizo lleno de prejuicios, mitos y superchería.
Así que vamos a intentar encontrar el equilibrio entre esas interpretaciones de sueños que pueden sernos de utilidad en la vida diaria y las interpretaciones meramente líricas.
Porque también es importante no dejarse llevar por las leyendas urbanas y aprender a interpretar nuestros propios sueños de forma que si una noche soñamos que nos hemos enamorado de un compañero de trabajo, a la mañana siguiente no vayamos a correr a sus brazos con la excusa de un sueño premonitorio.
De la misma forma que tampoco conviene caer en un estado de angustia cuando soñamos con la muerte de un familiar.