Los sueños, podrían jugar, de algún modo, el papel o función de exponer a nuestra mente a la práctica o ensayo creativo de la solución de problemas de nuestra vida cotidiana.
Si esto es así, ¿qué papel podrían tener entonces las pesadillas?.
Podrían estar involucradas en hacernos más conscientes y alertarnos, generándonos ansiedad ante potenciales y posibles peligros.
“Incluso las pesadillas post-traumáticas, que reviven los acontecimientos traumáticos, podrían ser de gran utilidad para nuestros antepasados desde el punto de vista evolutivo y supervivencial, ya que si un animal salvaje te había atacado o una tribu rival había invadido tu territorio, era probable que pudiese volver a ocurrir de nuevo.”
De ese modo, la pesadilla o el recuerdo de ese acontecimiento les tendrían en un estado de alerta que facilitase su defensa o ataque si volviese a ocurrir.
Esta alarma o alerta que pudo ser de gran utilidad evolutiva ancestralmente, puede que no sea de tanta utilidad en la actualidad, ya que los peligros modernos no tienen tanta probabilidad de repetirse en la misma persona, de modo, que estos mecanismos adaptativos pueden estar quedando algo desfasados.
Sin embargo, como hemos visto en otros artículos de nuestro blog, en nuestro sueño actual siguen apareciendo reminiscencias de nuestro sueño ancestral, y seguimos viendo en la clínica, como las pesadillas y la ansiedad suelen estar relacionadas de manera bidireccional frecuentemente.
Encontramos cómo personas estresadas o en periodos de estrés tienen más pesadillas, así como la presencia de éstas genera aún más ansiedad en las personas que las sufren.
También son más frecuentes en personas deprimidas, y como vimos en otros artículos, favorecer un estado de indefensión que aumenta esta emoción y el riesgo de suicidio.
Por ello, estudios neurocientíficos, que vayan desentrañando el papel de los sueños y las pesadillas en las emociones, serían muy importantes y decisivos para poder ir entendiendo aquellos aspectos de tipo emocional relacionados con el sueño.
