El altruismo remite al desinterés a la hora de dar que tiene una persona generosa que piensa en los demás y no sólo en su bienestar a nivel individual. El altruismo refleja la solidaridad de una persona que observa el mundo que le rodea y no es indiferente ante los casos de ayuda social. El altruismo puede ponerse en práctica con personas conocidas, es decir, con amigos y familiares.
O también, con personas desconocidas a través de organizaciones de ayuda social. El altruismo tiene el poder de cambiar el mundo porque muestra la actitud de quien practica el bien de una forma consciente. Es uno de los valores más importantes en una sociedad desarrollada que pretende combatir la pobreza y las desigualdades sociales.
El altruismo nos ayuda a poner límites al ego que todos tenemos dentro para asumir un compromiso social de pensar en el bienestar de los demás. El altruismo muestra la actitud de quien sabe anteponer las necesidades de los demás a las propias en ciertas situaciones concretas. Las personas altruistas son generosas, positivas, amables, cercanas, enérgicas y tienen un gran espíritu de lucha y de transformación social.
Las personas altruistas son un modelo para los demás porque educan a través de su ejemplo concreto. A nivel histórico, existen ejemplos de personas que lucharon por transformar el mundo a través de su altruismo. Mahatma Gandhi o Teresa de Calcuta son dos claros ejemplos.
El altruista se diferencia del avaro en que el tacaño solo piensa en acumular bienes materiales y no da nada a los demás porque tiene miedo de quedarse vacío. En cambio, el altruista es aquel que sabe que el bien que ofrece, vuelve todavía con más fuerza a su vida.
El altruismo es un aprendizaje que se adquiere a partir de la edad como consecuencia de la madurez. Es habitual que los niños pequeños no quieran compartir sus juguetes con otros compañeros de juegos. Sin embargo, la madurez nos enseña que la satisfacción de compartir la vida con los demás, es la mayor recompensa que surge del dar ya que además, tenemos que aprender a convivir en sociedad desde los primeros años de vida y ser coherentes con unas normas sociales.
El altruismo te ayuda a dejar tu huella positiva en el mundo para hacer de este mundo un lugar mejor. Pero el altruismo no solo puede ser material sino también, emocional. Puedes ser altruista en amabilidad, dedicación de tiempo, interés, atención, paciencia, pensamiento positivo…
