Nos encarnamos una y otra vez en grupos familiares bajo la Ley del Renacimiento.
Este proceso ofrece el entorno ideal para la resolución del karma y también asegura la cohesión del reino humano en su largo viaje evolutivo.
La importancia por tanto de la familia es extraordinaria, pero en la época actual le hemos quitado gran parte de su valor, existe cierta negligencia por parte de un sector de la humanidad y hemos olvidado la compresión profunda de las necesidades esenciales de los niños.
La familia, como todo lo demás, está inmersa en una profunda crisis.
Para mí esta crisis de la educación en general y de los jóvenes y parejas en particular, representa una tremenda oportunidad para dar un salto adelante, tal como profetizó Alice A. Bailey en su libro "La educación en la Nueva Era".
La familia es de una gran importancia, porque todos los niños necesitan un trasfondo estable en el cual crecer y los modelos, orientación y oportunidad kármica para evolucionar de acuerdo al propósito o plan de su Alma.
Los padres deben asegurar a nivel físico, la supervivencia y la mayor calidad de vida de sus hijos y a nivel psicológico, deben proporcionar la estabilidad, la educación y la socialización que permitirán que los hijos construyan una sana personalidad con los menos traumas posibles.
Ineludiblemente, la nueva educación debe abordar necesariamente la preparación y la capacitación de los jóvenes para la maternidad y la paternidad “con consciencia”.
Hoy en día este aspecto esencial de la educación apenas recibe atención y se abandona a los caprichos del azar.
En todos los países, el derecho a conducir un coche está regulado y controlado por la edad y los exámenes.
Los médicos y enfermeras, pilotos de avión, conductores de autocares, trenes, barcos, todos ellos pueden realizar su trabajo sólo después de una debida capacitación y preparación.
Sin embargo, se deja a su suerte a cientos de millones de jóvenes al entrar en este campo de servicio, el más difícil del mundo, en su mayoría desprovistos de cualquier tipo de capacitación.
El simple impulso biológico por reproducirse y el “reloj del tiempo” de la mujer se consideran suficientes para tener el derecho a multiplicarse y aumentar la congestión del mundo.
Las parejas jóvenes empiezan el sutil y difícil arte de educar a Almas en encarnación con poco más que sus condicionamientos para guiarles.
Ese condicionamiento generalmente lo trasfieren a sus hijos y así se perpetúan los conflictos y la ignorancia.
Por esta razón, hay una gran necesidad de aportar luz en este tema de la maternidad y la paternidad responsable, y enseñar la importancia de este gran servicio al mundo.
Nos olvidamos con frecuencia que los niños y niñas de hoy serán los seres humanos que guiarán los destinos del mundo dentro de 30 ó 40 años...