CANALIZAR LA IRA DE FORMA POSITIVA

Cuando sentimos ira es como si un animal salvaje, una fiera, nos invadiera y se apoderara de nuestro accionar.

El sentimiento se vuelve difícil de controlar hasta que explotamos y terminamos generando una situación que lastima a personas de nuestro entorno e, incluso, a nosotros mismos.

Pero más allá de ser una emoción extrema, la ira –tal como sostiene nuestra especialista- es un sentimiento que oculta otro más profundo.

De allí la importancia de aprender a reconocerla porque, cuando aparece, en realidad nos está avisando que algo no anda bien en nuestro interior.

Cómo canalizar la ira en positivo, cómo liberarla sin hacer daño ni hacernos daño y, sobre todo, cómo dejar al descubierto ese sentimiento profundo que se disfraza tras la rabia y que tanto dolor produce.

Un sentimiento tan habitual como nocivo: la ira. Todo parece comenzar con un enojo que, por algún motivo, se transforma en algo desenfrenado que nos cuesta controlar. Nos enfermamos de ira, enfurecemos, explotamos de enojo y, en esa explosión, podemos lastimar a personas cercanas: amigos, compañeros de trabajo, familiares, pareja…

En fin, lo qué me gustaría saber es porqué nos cuesta tanto controlarla.

La ira es un sentimiento muy frecuente y extremo.

Pero lo que me gustaría agregar, además, es que se trata de un sentimiento secundario, ya que siempre tapa otro más profundo, primario, como el desamparo o la soledad.

Estos dos últimos son existenciales.

A los seres humanos, en general, nos cuesta mucho controlar los sentimientos, en especial cuando son tan extremos como la ira.

Pero el punto de partida para comenzar a trabajar es identificarla.

¿En qué nos ayuda aprender a identificar la ira?

Es muy importante aprender a identificarla, porque así reconocemos su magnitud.

Y, en el momento en que la dejamos aflorar, se va descargando de a poco y nos deja vislumbrar que dolor profundo hay debajo y cual de esos sentimientos existenciales se puso en juego (desamparo y soledad).

Pero comúnmente cuando dejamos aflorar la ira, solemos “agarrárnosla” con alguien.

Es como que la ira nos da el derecho a agredir, a ofender, a decir cualquier cosa.

Y, lo más triste, es que a veces lastimamos a alguien que no tiene nada que ver con la situación que generó la ira.

Esto puede ser muy peligroso…

Exacto. Para aprender a evitar estas situaciones de “furia” yo utilizo la visualización con mis pacientes.

El objetivo es, justamente, aprender a aflorar la ira pero sin hacerle daño a nadie, principalmente, a uno mismo.

¿Y cómo se hace eso?

Es un ejercicio que se realiza en estado de relajación, con los ojos cerrados.

Primero se respira unas cinco veces profundamente y, luego de unos minutos, se recrea la escena que provocó la ira.

Se le da un tiempo para ver los personajes que participaron en la situación, reconocer el sentimiento y sentirlo en el cuerpo.

Tras unos minutos en que se le da lugar para expresarla y sacarla; uno se pregunta qué sentimiento hay por debajo, es decir que fue lo que verdaderamente tocó a esa persona en lo profundo para que se produjera la ira.

Allí aparece enseguida, se revela el sentir y una vez que surge, por ejemplo, el miedo a quedar solo, uno se sumerge en ese miedo, dándole lugar para que se exprese.

Esta es, en realidad, la forma de sobrellevar cualquier sentimiento doloroso que nos surja.

Madurar la inteligencia emocional

¿Sentir ira puede ser positivo para una persona?

No, si nos quedamos estancados allí.

Pero si puede ser positiva si la despejamos y vamos más profundo, hacia nuestro sentir más hondo.

¿Y qué le sucede a una persona que se queda estancada en la ira?

La ira puede presentarse de dos maneras: la primera es en una forma invisible.

Es decir, no encuentra vías para descargarse y puede expresarse en síntomas físicos, como tensión muscular, dolor de cabeza, malestar estomacal, hipertensión, etc.

La otra forma, como ya hemos dicho, se manifiesta con explosiones de cólera incontrolables.

Pero, por sobre todas las cosas, la ira es un sentimiento muy nocivo que estanca la posibilidad de madurar la inteligencia emocional.

Todos los sentimientos que tapan, como la venganza, la ira, la frustración, la culpa, el resentimiento, ocultan la verdad de lo que nos pasa, esconden los sentimientos primarios.

¿Cuáles son esos sentimientos primarios?

La soledad y el desamparo.

Son los dos sentimientos que quedan por debajo y nos generan dolor y sufrimiento profundo.

Son existenciales y no importa los sucesos de nuestra vida, siempre estarán presentes hasta que los llevemos a la luz.

Son, justamente, los que tienen que revelarse para decirnos que nos está pasando realmente.

Por eso, es muy bueno canalizar la ira y dejarla salir para poder encontrar estos sentimientos troncales que están por debajo.

¿Qué sucede cuándo canalizamos la ira y esos sentimientos troncales?

Esto produce la madurez de la inteligencia emocional.

Esta se logra principalmente, reconociendo dichos sentimientos.

Y cuando digo reconociendo sentimientos me refiero a reconocerlos de manera vivida, no intelectual.

¿Cuál es la diferencia entre una y otra forma?

La intelectualidad no puede explicar un sentimiento, los sentimientos se vibran, se viven, se sienten.

Por eso, la modalidad de trabajo que utilizo con mis pacientes es a través de la visualización de imágenes en estado meditativo.

Es un método muy útil porque permite revivir la escena.

Y al revivir la escena se obtienen beneficios…

Claro, porque identificamos los diferentes sentimientos y esto nos ayuda a que el sentir no sea caótico y a poder superar las crisis que son como un maremoto de sentir que nos hunde y no sabemos cómo salir.

La situación es similar a cuando estamos en la orilla del mar y, por ejemplo, nos agarra una ola.

Nos revuelca y no sabemos dónde es arriba y dónde es abajo.

En ese momento creemos que nunca más vamos a salir de allí sin ahogarnos.

Bueno, la crisis es la misma sensación.

Los sentimientos nos atormentan y nos hunden en ellos, y nos cuesta saber cuál es cual. Incluso, llega un momento que no podemos saber que nos está pasando ni que lo disparó.

De allí la importancia de aprender a reconocer y a canalizar la ira…

Exacto, es fundamental aprender a encausar la ira y los otros sentimientos secundarios que nombramos antes.

Esa es la clave para estar mejor.

¿Podrías dar algún otro consejo que nos ayude a liberar la ira?

Una forma muy útil de dar “salida” a la ira es practicar técnicas de relajación para aprender a relajarse en un momento de furia.

También puede ayudar respirar profundamente o bien, dejar que el cuerpo se exprese libremente, de la forma que sea necesaria: gritar, llorar, realizar algún ejercicio físico, salir a dar un paseo… en fin, hacer alguna actividad que nos permita serenarnos y ver las situaciones con más calma.

Abandonar los “polos”

¿entender cómo funciona la ira puede ayudarnos a canalizarla en forma positiva?

Sí, absolutamente.

La ira es el extremo del enojo.

Para entender cómo funciona es muy útil pensar en esos extremos en analogía con los polos dela Tierra.

No es bueno habitar allí.

Todas las emociones en negativo habitan allí: el odio, la manía, la euforia, la ira, la depresión, el pánico, el descontrol.

¿Y cómo podemos hacer para pasar del frío extremo a una zona más cálida?

Cuando podemos reconocer esas emociones en negativo es porque vamos emigrando hacia la franja media.

Imaginemos que esta franja es entre los trópicos de Cáncer y Capricornio.

Esa zona es el lugar donde habitan los matices de sentimiento de una persona en equilibrio y armonía, de una persona emocionalmente madura.

¿Cuáles son esos matices a los que te referís?

Por ejemplo, el enojo la zona media y la ira el polo; la tristeza la franja media y la depresión el extremo; la alegría y la euforia; la actividad y la manía; la bronca y el odio, el miedo en el medio y el pánico en el polo.

¿Entrar en esas zonas cálidas nos garantiza el equilibrio emocional?

Sí. En los matices nos movemos entre muchísimas emociones, muchas que no nos agradan pero que son parte del equilibrio.
El equilibrio es esa gran franja con variedad de emociones que nos gustan y otras que no.

A nadie le gusta estar triste, enojado o temeroso, sin embargo son parte del estado emocional en equilibrio.

No hay forma de no enojarse nunca más en la vida y evitar la tristeza por siempre.

Eso es una falacia.

Una negación de esas emociones en pos de mostrar la cara buena de una vida que no existe.

Los sentimientos están en luz y sombra.

Positivos y negativos dentro de cada uno de nosotros.

Exacto, no podemos estar todo el día bien.

En algún momento nos “pega el bajón”, como se dice coloquialmente…

Claro, no podemos ser solo buenos y tener dentro nuestros solo sentimientos lindos y agradables.

También dentro nuestro tenemos los sentimientos en sus formas arquetípicas, o sea, las más extremas.

Aunque a la gente no le gusta oír esto, en nuestro interior viven Hitler y Gandhi.

¿Sí? ¿Es tan así?

Si, así es.

¿Y qué podemos hacer con ese Hitler y ese Gandhi que tantas disyuntivas de sentimientos nos producen?

Lo mejor es empezar a reconocerlo.

Ambos conviven en nuestro interior y cuando antes los reconozcamos, antes evolucionaremos.

Siguiendo con la analogía anterior, esto se logra viajando de los polos al centro dela Tierrade modo consciente.

El trabajo es arduo; pero una vez que uno lo experimenta, es maravillosamente aliviador.

¿Qué pasa puntualmente con la ira?

Liberar la emoción extrema, como la ira, nos libera de una carga muy pesada que si no, nos acompañará en silencio décadas de nuestra vida.

¿cómo podemos canalizar la ira?

Lo más importante de todo esto es canalizar la ira en positivo y ya hemos explicado la manera de hacerlo.

Nunca se debe creer que los sentimientos negativos se pueden “transformar en positivos”.

El sentimiento no se transforma en otro, sino que una vez liberado deja aparecer el que está por debajo o asociado; que también se libera.

Pero cada sentimiento es único en sí mismo y una vez reconocido y sentido libera el peso de llevarlo en silencio.

SENTIMIENTOS CONFUNDIDOS

Un antiguo cuento popular relata cómo la ira puede disfrazarse de otros sentimientos, ocultando así emociones más profundas como, en este caso, la tristeza.

Cuenta la leyenda que un día la rabia y la tristeza fueron juntas a bañarse a un lago.

La rabia, como siempre, tenía prisa y salió rápidamente del agua.

Pero como le cuesta distinguir bien la realidad, y en muchas ocasiones es ciega, se puso sin notarlo la ropa de la tristeza y así vestida se fue.

Perezosa y lentamente, la tristeza terminó su baño y no halló su ropa.

Pero como no le gusta quedar al desnudo, decidió ponerse el vestido de la rabia.

Desde entonces, en ciertas ocasiones nos topamos con una rabia terrible y cruel tras la cual se oculta la tristeza o la melancolía.

Lo que debemos comprender entonces, si queremos aprender a canalizar nuestra ira, es que detrás de un fuerte enojo siempre hay dolor.

La furia es simplemente un escudo que se utiliza para tapar el sufrimiento.

Por ello, habitualmente para resolver la ira, primero hay que encontrarse con ese dolor y reconocer la tristeza.

ORACIÓN PARA ACTIVAR EL PÉNDULO Y LAS ENERGÍAS

La oración para activar el péndulo permitirá activar todas las energías en función del propósito que se desea alcanzar. Es decir...