El neurobiólogo alemán Gerald Hüther presenta su teoría de la evolución
El mundo es como es gracias al amor y no a la competitividad.
El amor es un estado mental que empieza dentro de la propia persona. Si uno se quiere a sí mismo, podrá entonces querer a los demás.
Pero ese amor no radica en conseguir un fin propio, ese amor no significa ver o utilizar a los demás como un objeto, sino que radica en considerar al otro como un sujeto, como una persona.
Es decir, el amor no es utilizar a los otros para beneficio propio, sino animarlos, inspirarlos y ayudarles a que desarrollen todo su potencial.
Esta es la idea principal que defiende el neurobiólogo y divulgador alemán Gerald Hüther, en su último libro La evolución del amor. «El amor es la única manera que tenemos para desarrollar el verdadero potencial de los demás», afirma contundente a este periódico.
Hünter, director del departamento de Investigación en Neurobiología de la Clínica Psiquiátrica de la Universidad de Gottingen, es además uno de los 17 sabios que asesoran a la canciller Angela Merkel.
Invitado a España por la Obra Social La Caixa, insiste en la necesidad de incluir en la investigación evolutiva el componente del amor en vez de basarse únicamente en la competencia.
Desde las teorías evolutivas de Charles Darwin, los naturalistas han defendido que la competencia es el único principio básico responsable en el desarrollo de la diversidad.
Sin embargo, muchos ignoran que las últimas publicaciones del propio Darwin giraban en torno al papel de la selección sexual y del amor. Y es que, el amor, defiende Hünter, es lo que de verdad mantiene cohesionado al mundo y a las personas.
Además, «el estrés, la presión y la ansiedad no aparecen como resultado del amor, sino de la competencia. Y a su vez, la competencia es la fuerza que surge de la especialización, no de la creatividad», argumenta este investigador.
Los naturalistas hablaban de selección natural, de la supervivencia de los más fuertes, de comportamientos innatos e instintivos y de genes egoístas, sexualidad, elección de pareja y lucha de sexos.
Pero todas estas teorías adolecen de otra vertiente más decisiva, que es el amor.
La propia historia ha reflejado este cambio. Las primeras civilizaciones luchaban únicamente por su propia supervivencia, pero todo cambió cuando descubrieron que «cuanto mejor conseguía su líder transmitir a los hombres de su tribu sus sentimientos de pertenencia y solidaridad, más fácil resultaba sacar provecho de las facultades de sus miembros».
Más adelante, ya en en la era moderna, 150 años después de Darwin y de su teoría de la selección natural, la biología moderna reconoció que, en la lucha por la existencia, no sólo sobreviven los más fuertes, sino que se imponen los que más unidos se encuentran, vinculados por un sentimiento común.
Pero el amor no se trata sólo de estar unidos por causas externas, sino de ayudar a los además a crecer, al mismo tiempo que ayudarles a ser libres. De este modo, lo explica Hünter: «Un grupo de personas, o una pareja, pueden estar unidos por fuerzas externas, pero eso no es amor.
El amor es cuando las personas se unen sin presión. Por tanto, el amor está muy cerca de lo que es la libertad».
Todos queremos estar conectados para satisfacer unas necesidades básicas, para pertenecer a otro. Pero ese sentimiento se convierte realmente en amor «cuando los dos hacen todo lo posible para ayudar al otro a crecer y a ser libres.
Queremos estar conectados pero también ser libres y autónomos».
Amor para cambiar el mundo
Cuando dos personas están enamoradas y experimentan eso que llamamos amor, saben que pueden cambiar el rumbo, y el mundo.
Así de contundente se expresa Hünter, con la firme idea de que, cuando dos personas sienten amor, saben que pueden cambiar y mover el mundo entero porque en ese estado se es lo más feliz que alguien puede ser. «Si yo me quiero y tengo el amor de otra persona, a ambos nos llevará a querer a todos los demás. Se convierte así como en una red de amor.», afirma.
De hecho, esta descripción de amor hace que las personas de una misma comunidad o de un grupo estén conectadas por su corazón.
Es decir, están conectadas no sólo por hacer lo mismo o entender igual una misma idea, sino conectadas por su corazón.
Y si experimenta lo fantástico que puede ser aquello, tendrán también el poder para convertirse en atractivo para los que les rodean. La gente pensará: «¿Qué pasa ahí? ¿Por qué están felices? Me gustaría pertenecer a ellos».
La sociedad actual, explica el especialista, se basa en el hecho de que utilicemos a los demás como si fuesen objetos, animada por el espíritu de competencia.
Pero hoy en día, surgen nuevas formas de ver el mundo. Una nueva generación tiene otras intenciones, otras motivaciones y entiende que lo más importante en el mundo actual son las relaciones sociales.
Que compartir es más importante que poseer. «Esta nueva generación necesita argumentos para describir esta forma de ver el mundo, y yo quiero ayudarles a que puedan cambiarlo.
No es que yo quiera cambiar el mundo, porque nadie puede hacerlo. Pero sí podemos, entre todos, cambiar esas fuerzas motoras que están creciendo.
Ayudar a que el río pueda correr, en vez de intentar pararlo». Este es, realmente, el verdadero objetivo del libro, confiesa Hünter.
Ayudar al cambio, un cambio del que sólo hay que ser conscientes de un principio básico y fundamental: tratar a las personas como sujeto y no como objeto. «Ese es el verdadero secreto del cambio», concluye.
Neurobiólogo y asesor de Merkel
Gerald Hüther es un neurobiólogo y divulgador alemán. Catedrático en Ciencias Naturales y doctor en Medicina.
Es director del Centro de Investigación de Prevención en el ámbito de la Neurobiología de las Universidades de Gotinga y Mannheim-Heidelberg y preside la fundación humanista Sinn-Stiftung.
Es además, uno de los 17 sabios que asesoran a la canciller alemana, Angela Merkel.
Su obra ha sido traducida a ocho idiomas. Antes de la reciente publicación de 'La evolución del amor' (Plataforma Editorial) Hüther ha escrito otras obras de gran relevancia como 'Biología del miedo: el estrés y los sentimientos' en el año 2012 y el famoso 'Hombres, el sexo débil y su cerebro' (2011) en el que explicaba de una forma clara y divertida en qué consistía la masculinidad. Ambos disponibles en castellano.