-Maestro, quiero ser rico, dame un consejo.
-¿Quieres ser rico? Abre tus ojos y mira, ve el bello color verde del prado que te rodea; abre tus oídos y escucha, oye el murmullo de la brisa en las hojas de los árboles; abre tu nariz y huele el aroma a tierra mojada por el rocío matinal; abre tus manos y siente el frío del día que comienza.
-Pero haciendo todo eso apenas seré un poeta, y nunca llegaré a ser rico.
-Precisamente si no lo haces, nunca lo serás; y si lo haces, habrás preparado tus sentidos para reconocer la riqueza en cualquier situación que te encuentres, y aprenderás a guardarla para tí.