Sólo enseño tres cosas:
sencillez, paciencia y compasión.
Estos tres son tus mayores tesoros.
Sencillo en pensamientos y obra,
regresas a la fuente del ser.
Paciente con amigos y enemigos,
te armonizas con los modos en los que las cosas son.
Compasivo contigo mismo,
reconcilias a todos los seres del mundo.
Por tanto el hombre sabio que mora en el tao
da ejemplo a todos los seres.
Al no desplegarse a sí mismo,
la gente no puede apreciar su luz.
Al no tener que probar nada,
la gente puede confiar en sus palabras.
Al no saber quien es,
la gente se reconoce en él.
Al no tener metas en su mente,
triunfa en todo lo que hace.
La Iluminación no es una doctrina. No se trata de Jesús, ni de Buda, ni de Mahoma. Cuando te iluminas puede suceder a través de algo insignificante o a través de algo vulgar y corriente. ¿Te das cuenta?, lo mas difícil para alguien es aceptar la sencillez de su vida. Descubrir en cada momento lo maravilloso de la vida cotidiana es en realidad la mayor recompensa que la vida puede ofrecernos.
Buscar la verdad de la vida es como escalar una montaña. Tu visión estará determinada por la altura que hayas alcanzado. Cuando las personas llegan a la cima de la montaña, tienen que gritar a los otros alpinistas: "He llegado a la cima de la montaña, estoy en la cumbre". Pero si mirasen por encima de sus hombros descubrirían otra montaña mas alta, y otra, y otra mas allá.
Finalmente uno descubre que la montaña mas difícil de escalar es la sencillez de la propia mente. Pero ¿quien puede aceptarlo? Todo el mundo está ocupado escalando montañas exteriores para obtener un reconocimiento exterior e incluso interior. Una vida sencilla no satisface a nadie. La gente siempre está luchando por mejorar su situación, y cuanto mas lucha, mas se aleja de su auténtica naturaleza. Cuanta mas información, mas atención se necesita; cuanta mas riqueza, mas se distorsiona la belleza de un corazón honesto. Es como si llevaras una extensa capa de maquillaje en la cara, cada vez te distancias mas y mas de tu rostro.
Cuando estabas en la cuna no tenías conocimiento, riqueza, ni cosméticos. Aquella situación ¿tenía algo de malo? Ahora que has dedicado todos esos años a acumular información, riqueza y otras parafernalias de la vida, te pregunto ¿eres mas feliz? ¿has mejorado? ¿o todavía lloras para que alguien te cambie los pañales?"
El Tao.
El Tao.